martes, 10 de abril de 2012

EN CRISTO (David Wilkerson)

EN CRISTO




Yo creo que la justificación por fe es la verdad central, el fundamento del

cristianismo. Usted no puede experimentar el verdadero descanso y la verdadera

la paz hasta que se convence de que nunca podrá presentarse como recto ante

los ojos de Dios por sus propias obras de justicia.



Si usted no comprende que la justicia perfecta de Cristo es nuestra por fe,

usted llevará una vida de mucho esfuerzo y sudor. Usted pasará sus días

tratando de agradar a Dios a través de actos legalistas y sin esperanza con el

objeto de conseguir su propia justicia. Pero la verdad es que ¡usted nunca

obtendrá ninguna rectitud que presentar ante el Señor!



Sin duda usted está familiarizado con el pasaje de Isaías en el que se habla

de que todas nuestras justicias son como trapos de inmundicia ante los ojos de

Dios (ver Isaías 64:6). Esto no significa que Dios menosprecia las buenas

obras - para nada. Nosotros debemos de hacer buenas obras, pero si usted piensa

que éstas le dan mérito a su salvación, que éstas le permiten presentarse

como santo ante Dios, entonces ¡dichas obras son trapos inmundos!



Usted puede sentirse bien por las buenas obras que usted realiza e incluso

disfruta el momento de victoria cuando resiste la tentanción. Usted se siente

recto, y piensa que el Señor le ha dado su favor. Sin embargo, al día

siguiente, usted falla. Usted cae en pecado y de repente pierde todo su gozo.

Usted piensa que el Señor está enojado con usted y se pregunta si ha perdido

su salvación.



Es una montaña rusa de emociones que suben y bajan, que están calientes y

después frías, es un ir y venir  entre pecado y confesión -  dependiendo de

qué tan bien o mal usted se ha portado en cierto día. ¡Es una vida de

miseria porque usted está tratando de agradar a Dios en su carne!



Amado, ninguna justicia de la carne podrá ser presentada delante de Dios.

Incluso, la mejor gente entre nosotros, la más moral, los más santos han

caído de la gloria de Dios. Ninguno de nosotros jamás ha sido aceptado ante

los ojos del Padre por nuestras buenas obras. ¡Nosotros solamente somos

aceptos por Él por estar en Cristo!



“...porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.” (Gálatas 3:28).

Cuando nosotros nos volteamos a Jesús con una fe que salva, que deja a un lado

el yo, entonces nosotros llegamos a ser uno con Cristo. Estar “en Cristo”

significa que Dios nos da el crédito de justicia de Jesús. ¡Todos nuestros

pecados son lavados por Su obra, no por la nuestra!


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por su comentario