lunes, 9 de abril de 2012

DEL OTRO LADO DE LA PIEDRA by Gary Wilkerson

“José tomó el cuerpo... y lo puso en un sepulcro nuevo de su propiedad que

había cavado en la roca. Luego hizo rodar una piedra grande a la entrada del

sepulcro, y se fue.” (Mateo 27:59–60, NVI).



Jesús había sido crucificado y ahora se encontraba en un sepulcro. Al haber

una piedra de gran tamaño cubriendo la entrada a la tumba, la gente tenía la

sensación de que todo había concluído. Las Escrituras dicen que un grupo de

mujeres, incluyendo a María Magdalena, se encontraban sentadas del otro lado

del sepulcro. Aquellas mujeres debieron haber estado con el corazón roto. Casi

puedo escuchar sus voces llenas de desesperanza: “¿Qué sucederá ahora que

Jesús ha partido? ¿Cómo podemos seguir adelante?”




Hoy conocemos el final de la historia. Sabemos que cuando Jesús dijo en la

cruz, “Consumado es, ” Él había conquistado el pecado. Sabemos que con su

resurrección Él  conquistó a la muerte. Y sabemos que Él  hizo todo esto por

nosotros.



Pero,  ¿qué sucede si nosotros no conociéramos el final de la historia como

aquellas mujeres en el sepulcro? ¿Qué estaban pensando los once discípulos

mientras se escondían lejos y encerrados con llave (ver Juan 20:19)?



Yo no creo que podamos comprender el significado que tuvo la muerte de Jesús

para sus apasionados seguidores. Ellos habían creído que su Maestro era la

esperanza para este mundo, la salvación de Israel, la luz para los gentiles.

Él era el sanador más grande, resucitando muertos, librando a los cautivos,

predicando las buenas nuevas a los pobres. Él era la encanrnación del nuevo

reino que Él  había predicado. Mientras meditaban en Sus palabras,

“Consumado es,” ellos han deber pensado que Jesús quiso decir,

“Concluído. Este es el final de la historia.”



Frecuentemente, mientras los cristianos perseveran en las batallas de la vida,

este es el mensaje que creen. Ellos no ven ninguna esperanza más allá de su

difícil situación. Todo lo que ellos pueden ver es una piedra permanente que

los separa de la esperanza. Ellos están viendo estas cosas del lado de la

piedra. Si tan sólo ellos conocieran lo que Dios está haciendo por ellos

desde el otro lado de la piedra.



Tal vez la vida le ha puesto una difícil e imposible situación. Mientras

usted lee esto se pregunta, “¿Está Dios obrando en mi circunstancia? ¿Es

Jesús verdaderamente triunfante -en mí? ¿Puede Él salvarme de mi

situación? Yo simplemente no veo una salida.”



Yo le digo a usted, Dios está obrando en su vida en este preciso momento. La

piedra ha sido movida. La luz está penetrando y su esperanza está a la

puerta: ¡Jesús! Él  ha triunfado sobre todas las potestades de las tinieblas

y Su victoria es nuestra por fe.


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