martes, 19 de junio de 2012

POR EL AVANCE DEL EVANGELIO (David Wilkerson)

"Hermanos, quiero que sepan que, en realidad, lo que me ha pasado ha


contribuido al avance del evangelio." (Filipenses 1:12).En este versículo,


Pablo dice a los cristianos de Filipos que no se deben preocupar acerca de


todas las cosas que se enteraron, le estaban sucediendo. Y esas "cosas"


incluyen grandes aflicciones y enfermedades.






Pablo escribe esta carta mientras está sumido en una prisión romana. En ese


momento él era un guerrero experimentado del evangelio, después de haber


sufrido todas las penurias concebibles y la aflicción humana imaginable. Si


usted ha estudiado la vida de Pablo, sabe el tipo de cosas a las que se había


enfrentado: naufragios, palizas, bofetadas, mofas y burlas, persecuciones,


hambre, sed, desnudez y la difamación de su carácter. Al parecer, en todas


partes Pablo se encontró con la aflicción, la angustia y el dolor.






Sin embargo, Pablo dijo: "Ninguna de estas cosas me conmueven" (Hechos 20:24).


Además, añadió, "…que nadie se inquiete por estas dificultades. Como


ustedes bien saben, a esto se nos ha destinado… les advertimos que


tendríamos dificultades; y, como ustedes saben, así sucedió." (1


Tesalonicenses 3:3-4).






Pablo tranquilizaba a estos creyentes, diciendo: "Les he dicho todo el tiempo


que si van a caminar con Jesús, se enfrentarán a las aflicciones. Así que


ahora que estas aflicciones han venido sobre mí, ¿por qué están tan


sorprendidos? Esto es nuestro destino designado en la vida".






Figúrese esto: He aquí un hombre santo, llamado por Dios para llevar el


evangelio a las naciones. En cada misión, el Espíritu Santo le dijo al oído:


"Pablo, la siguiente parada no va a ser fácil. Vas a enfrentar oposición de


nuevo. Encontrarás más aflicciones, más pruebas."






La vida de este hombre me parece absolutamente asombrosa. ¿Puede imaginarlo?


Pablo se enfrentó a problemas y aflicciones a cada paso. En este punto Usted


puede decir: "¡Espere un minuto! Estamos hablando de la vida de Pablo, no de


mí; él fue designado por Dios para sufrir aflicciones, yo no he sido llamado


a una vida así." ¡Falso! La Biblia dice: "Muchas son las aflicciones del


justo, pero el Señor lo librará de todas ellas" (Salmo 34:19).






La frase: "Muchas son las aflicciones" se aplica no sólo a Pablo, sino a


nosotros también; nos encanta escuchar la última parte de ese versículo,


pero ¿nos regocijamos también en la primera parte?


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